No importa cuán loco te crean todos

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El desconocido del andén.

Entré en el andén con las prisas propias de todos que usan el metro por las mañanas. Linea 7 en Avenida América. Al doblar la esquina casi choco con un chico que jugaba con una tablet, me miró de arriba a abajo como escaneándome. Inmediatamente supe que había reconocido la letra L de mi camiseta, quizá eso fué lo que le llamó la atención, al igual que el tatuaje de mi muñeca y el grupo de mi mochila. Pasé de largo y me coloqué contra la pared a esperar el metro, unos pasos mas allá. Cuando llegó, ambos entramos en el mismo vagón y él se puso muy cerca del lugar en el que yo estaba sentada.
¡¡¡No paraba de mirarme!!! Me estaba poniendo nerviosa. Aquel chico... ¿Me conocía? Yo no lo recordaba... y juraría que lo que había llamado su atención había sido mi camiseta. Había guardado su tablet y ahora me observaba agarrado a una barra, yo lo miraba a través del reflejo del cristal finjiendo no prestarle atención. Por fin llegó mi parada. Lo siento querido desconocido, eso es lo que eres y serás siempre, el desconocido del andén.

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