Durante un momento, solo un momento, justo antes de introducir la llave en la cerradura, imagino que cuando abra la puerta estarás ahi, sentado en ese sofá naranja debajo del póster de Pink Floyd, con el ordenador en las rodillas viendo alguna serie, como siempre. Pero es solo un segundo, efímero, porque se que no será asi.
Cuando abro la puerta contemplo el oscuro salón, que me recuerda burlandose de mi que no hay nadie en casa, y que, al menos esta noche, no vas a volver.
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