No importa cuán loco te crean todos

domingo, 3 de junio de 2012

Amaneceres en Getafe

Una semana después aun siento nostalgia de ese festival, aun llevamos las pulseras de plástico que demuestran que estuvimos ahí, orgullosos de formar parte de esos momentos abrasadores y de ese mítico concierto...
Así que allá nos fuimos, que os voy a contar, no hay nada mas bonito que la aventura incierta. "Aún nos queda vivirlo", me dijeron, tenían razón. Hecho de menos el despertar de ese calor naranja, las siete duchas heladas de ropa al día, las burlas amistosas, el polvo en el ambiente y esa sombrilla medio rota en medio del campamento. Lo más importante no es lo que vives, sino con quien lo vives y yo tuve la suerte de vivirlo con unos amigos increíbles. El olor a emoción antes de cada concierto, las interminables esperas bajo un sol que se reía de nosotros, los gritos y los cuernos al aire, ese ambiente de euforia contagiosa. Los momentos en que toda la masa negra se sabe la canción, alzan los brazos y sus voces son una... y nos sentimos unidos, nos sentimos grandes. 
Cuando el sol empieza a ponerse y las bandas mas grandes salen al escenario, el volumen sube y las vibraciones nos llegan hasta los huesos, noche veraniega y cerveza caliente, se nos olvida el mundo exterior, como si no hubiese mañana cantamos a gritos todas las canciones hombro con hombro, con el simpático desconocido de al lado viviendo el momento, sudando esa música, nuestra música, la que nos une en ese mismo instante, a mas de noventa mil personas.

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